Reparación

Una vez tenemos todos los datos, así como alguna fotografía/video de los daños de la manguera, entonces podremos asesorar al cliente, sobre si es factible o no realizar una posible reparación. No en todos los casos, por el estado de la manguera es posible realizar una reparación, o recuperar los propios racores. En este punto se puede ir hablando de precios, meramente orientativos, que no tienen que coincidir con el primer presupuesto ni con el precio final.

Si damos luz verde, el cliente podrá traernos su manguera para realizar una intervención en nuestro taller.

Una vez tenemos las mangueras en nuestros almacenes, observamos que los daños de la manguera coincidan con los descritos por el cliente, y comprobamos el alcance de los mismos, no solo el estado exterior de la manguera, sino, hasta donde alcanzan nuestros medios, el interior mediante cámaras endoscopias el estado de las mismas.

Una vez comprobamos el estado exterior de la manguera, su interior, los puntos dañados de la misma, podremos informar al cliente de si creemos factible y/o posible su reparación.

En este punto realizaremos un presupuesto, para revisión y aceptación por parte del cliente. Dicho presupuesto en ningún caso es vinculante, se trata de unos precios, que consideramos aproximados, pero dado que no depende de nosotros el estado de la manguera (existen partes de estas que no se puede saber si están dañadas o no hasta que no están reparadas), no podremos asegurar que el precio del presupuesto sea real, por norma general, los presupuestos suelen ser realistas conforme al estado de las mangueras y lo observado, pero esta no debe ser tenida como una verdad universal, al igual que tampoco podremos garantizar la duración de dicha manguera.

Una vez el cliente nos da el visto bueno, empezamos con el proceso de reparación, separando las partes que serán útiles de las que no. Las partes que no resulten útiles, las separaremos convenientemente para su posterior reciclado. Una vez están las partes útiles, procedemos a cortar la manguera por los puntos críticos, aplicamos un margen de seguridad y acoplamos a ella los racores, ya sean unos nuevos o los viejos (lo acordado en el presupuesto o bien sera notificado al cliente).

La manguera, al igual que las nuevas mangueras que salen de nuestras instalaciones, debe pasar por un control de calidad, el cual, en el caso de las reparaciones consiste, primero que coincida con la longitud acordada entre ambas partes, y segundo, que pase exitosamente una prueba de estanqueidad.

Si no fuera el caso, se procederá a realizar otra inspección para comprobar las causas, así como daños que no hayan podido ser comprobados anteriormente, e informar al cliente, para realizar las modificaciones oportunas al presupuesto en el caso de que quiera seguir con la reparación.

En el caso de que fuera satisfactorio, pasaríamos al siguiente paso.